Consejos para enamorar
Pregúntate cuáles son tus motivos. La relación no funcionará si buscas a alguien para no estar sola o para encajar en sociedad y poder presumir de novio o marido. Tampoco, si lo que quieres es una persona que resuelva tus problemas o te aporte la felicidad que tú no encuentras estando sola. Por el contrario, encontrarás una pareja maravillosa cuando hayas aprendido conocerte y a llevarte bien contigo misma (¡aceptando tus luces y tus sombras!). Entonces, tu pareja te ayudará a sentirte plena, pero no dependerás de él.
Date permiso para elegir. Cuando conozcas a un hombre a quien le gustes, no cometas el error de creer que le debes algo o que tienes que emparejarte con él solo porque te halaga o porque te sientes ansiosa y en el fondo temes que quizás nadie más se fije en ti o que eres demasiado mayor para “dejar escapar el tren”. Pregúntate si él te gusta a ti y cómo te sientes a su lado. Date tiempo para conocerle y decidir si quieres salir con él, sin sentirte presionada u obligada a mantener relaciones sexuales. Y si no estás convencida, déjalo correr. Vendrá otro. Seguro.
Sé flexible. Estar en pareja es gratificante, romántico, excitante… maravilloso. Pero también difícil. La convivencia implica aprender a respetar, tolerar, aceptar, ceder. La diversión del principio se convierte en rutina, y no siempre sabemos manejarla. Pero el paso del tiempo no debe darte miedo ni convertirse en excusa para el desamor. Cuando adoptas una actitud humilde, tolerante y flexible, y te abres a modificar tu forma de ver las cosas y tu necesidad de controlarlo todo, la convivencia en pareja se puede convertir en una aventura de descubrimiento propio y mutuo que no tiene fin.
Escoge a alguien compatible contigo. Este aspecto es muy importante. No es lo mismo querer formar una familia que desear vivir sola y tener a alguien a quien ver una vez a la semana. Antes de embarcarte en una relación, asegúrate de que él quiere lo mismo que tú o que, por lo menos, está abierto a cambiar sus esquemas. Si te dice que no quiere hijos y tú estás deseando ser madre, tenéis que hablar. El amor y la atracción no bastan para consolidar una relación. Además, debe haber unos valores y un proyecto de vida comunes.
Disponte a dar y recibir. Una pareja en la que los dos han alcanzado el equilibrio entre el dar y el recibir es una bendición y uno de los mejores motivos para apostar por una relación. Y al contrario: el no saber dar o recibir crea un profundo sentimiento de frustración. Por lo tanto, antes de emparejarte es bueno que reflexiones sobre qué tienes para dar y qué anhelas recibir de la otra persona. Así no te conformarás con menos y tampoco le exigirás (o permitirás que te exija) en exceso. También es posible que descubras que tiendes a dar demasiado o que te cuesta dejarte querer. ¿Qué mejor momento que este para aprender a hacerlo?
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